Los dueños de esta bonita vivienda, en Kristiansand, al sur de Noruega, estaban cansados de los tópicos que identifican a las casas nórdicas (revestimientos de una blancura impoluta, mobiliario contemporáneo y funcional, de líneas rectas y colores claros...) por lo que decidieron dar una nueva imagen a la suya.
Marte es interiorista por lo que enseguida tuvo claro qué es lo que quería hacer. En primer lugar, cambiar todo el diseño de la casa, que anteriormente había sido tienda y almacén, para hacerla habitable y, sobre todo, confortable. El siguiente paso era decorarla. Cansados, como decía, de las paredes blancas, arriesgaron totalmente con el papel pintado de la pared principal del salón, con un diseño de grandes flores en tonos oscuros. Su barroquismo fue el punto de partida para el resto de la decoración.
Ambos, Marte y su marido Ingolf, son muy aficionados a los muebles antiguos, con personalidad, por lo que incorporaron piezas con mucha presencia decorativa, que son los que marcan el estilo de toda la casa. Sin embargo, no faltan piezas de estilos más modernos, lo que imprime un tono ecléctico al proyecto, totalmente actual.
¿Qué os parece? A mí me encanta.
Procedencia de las imágenes: Bolig Drom