¿Os ha pasado alguna vez que acabáis de hacer algo y casi al momento os arrepentís de ello? La pregunta es más que retórica porque estoy seguro que el 100% de los que estáis leyendo esto habréis respondido afirmativamente. Pues bien, a mí me ha sucedido en infinidad de ocasiones, y en lo que respecta a la decoración, mucho más. La última vez ha sido con el espejo de uno de los baños de la casa de Vallejo. Compré uno cuadrado, de líneas muy sencillas, con marco en acero inoxidable, vamos, nada del otro mundo, pero en ese momento a mí me gusto. Pero en las últimas semanas me ha entrado una especie de obsesión (también me pasa mucho, especialmente con la decoración) con este tipo de espejos que protagoniza el post de hoy.
Son metálicos, generalmente con las esquinas redondeadas en la parte superior, y una balda incorporada al marco en la parte inferior. Eran muy frecuentes en Francia, en los baños modestos, en los años 20-30. Ahora podemos encontrarlos nuevos, imitando a aquellos, y con casi el mismo encanto.
¿No os parecen una preciosidad? Ya os diré en que queda lo de mi espejo!!!
Todas las imágenes proceden de mis paneles de inspiración en Pinterest.
¡FELIZ FIN DE SEMANA!