Escondida detrás de unas pesadas puertas de metal, en uno de los barrios más antiguos de la capital italiana, entrar en la Galería Sacripante se parece más a entrar en una sociedad secreta que en una galería de arte. No obstante la visita por sus espacios es poco menos que hipnotizante, y no se sabe muy bien si admirar más el contenido (las exposiciones que allí se muestran regularmente) o el continente: paredes de yeso sin pulir, suelos de cemento que, en ocasiones, incorporan baldosas recuperadas, techos altos con vigas de madera..., que dan a todo el conjunto un cierto aire entre místico e industrial.
Acostumbrados como estamos a esas galerías de arte conformadas por "cubos" blancos, sin ninguna personalidad, pasear por los espacios de la Galería Sacripante es deambular por la historia que desprenden sus muros, los de un convento del siglo XVIII mandado construír por el cardenal Sacripante, y ahora remodelado por la arquitecta y copropietaria Giorgia Cerulli.
La idiosincrática "rugosidad" o "brutalismo" de la arquitectura se complementa con una escogida selección de muebles vintage de los años 40 del pasado siglo (sofás de tercipelo, lámparas de pie con delicadas tulipas, mesas doradas y de cristal, etc.) No falta tampoco un maravilloso mostrador de farmacia que hace las veces de barra de bar, detrás de la cual podemos ver, entre las botellas de licor, algunos frascos antiguos de botica.
Un lugar mágico del que es difícil no caer prendado, ¿verdad? Anotado en la agenda!!!
Procedencia de las imágenes: Yatzer
Fotografías: Serena Eller