Siempre es un placer visitar Santander, lo hago siempre que puedo (menos de lo que me gustaría), no solo porque me pilla a un paso de Bilbao (una hora de coche), sino porque allí tengo grandes amigos con los que me encanta pasar buenos momentos. Hace dos domingos el plan era fenomenal, quedar con Fernando, de Décadas, y con Luis, de Luis Alonso Modista, para hacer una ronda por los restaurantes que tiene la empresa Deluz&Cia (gestionada por los hermanos Carlos Zamora y en Santander. He leído y oído mucho acerca de ellos, pero siempre que voy a Santander, por una cosa u otra, siempre acababa postergando la visita.
Nuestra ronda comenzó por la taberna marinera El Machi, el cual sigue manteniendo el espíritu con el cual se fundó, después del incendio que asoló la ciudad en 1941. Después de la jubilación de la familia que lo gestionó durante décadas, los hermanos Lucía y Carlos Zamora, sus nuevos propietarios, decidieron continuar con el legado y mantener el espíritu de esta taberna, no solo en cuanto a su carta, sino también en su decoración (labor de la firma de interioristas Gorbeña&Sebrango, encargadas del diseño de todos los locales de la empresa), de sabor auténticamente marinero, pero con un punto de modernidad que hace del restaurante un lugar muy acogedor.
Continuamos nuestro paseo por la más reciente apertura en la capital Cántabra, El Italiano, en el cual se puede disfrutar de la cocina en directo y a la vista, con productos importados directamente de Italia, que también pueden comprarse en la tienda ubicada en el mismo local, local emblemático, con más de 100 años de antigüedad, con una preciosa fachada de cristal y un magnífico jardín colgante, con plantas naturales, en su interior. Sorprenden de su decoración los azulejos de color verde intenso, encargados directamente a artesanos de Portugal. A todo ello se suman las mesas a medida, rodeadas de sillas de mimbre trenzado, tipo bistró francés, cuadros de anticuario, espejos, diversos objetos decorativos y, sobre todo, una maravillosa colección de lámparas de techo del diseñador Jaime Hayón.
La intención era continuar nuestro recorrido en el Días Desur, caracterizado por su cocina mestiza, con platos de los cuatro continentes, pero el hambre apretaba y los vinos de los anteriores restaurantes empezaba a hacer su efecto, así que nos fuimos directamente al Deluz, donde teníamos mesa reservada para comer. El Deluz, el primero de la empresa, abierto hace 10 años, es probablemente uno de los restaurantes más emblemáticos de Santander, con una carta en la que el 90% de la materia prima es de procedencia artesanal y ecológica.
La atención, inmejorable, la comida de nota, y la decoración, como se puede apreciar en las imágenes, de un clasicismo renovado, muy elegante, que está de plena actualidad. Me encanta el contraste de las piezas de diseño (las sillas Eames, las mesas Tulip, de Saarinen), con la base arquitectónica del edificio, los suelos de madera y, sobre todo, ese fantástico papel pintado a mano, con motivos marineros, que son un eco del mar que puede contemplarse desde las ventanas del comedor.
¡Un gran domingo!
Absolutamente recomendables, cualquiera de ellos, para aquellos que os acerquéis a Santander y busquéis buenos restaurantes, con una decoración muy cuidada.
Y si estáis por Madrid, la empresa tiene también otros dos restaurantes en la capital, La Carmencita y Celso y Manolo, y anuncia en breve otra apertura. Habrá que estar atentos!!!!