Hay quienes preconizan la agonía (que no la muerte definitiva) del estilo industrial en decoración. La verdad es que razón no les falta ante el exceso fabril de unos años atrás, especialmente en todo lo que se refiere a locales comerciales, bares, restaurantes, etc., plagados hasta el exceso de mobiliario de reminiscencias industriales, muchas veces burdas copias con poco encanto y sin ninguna autenticidad.
Pero imágenes como las que acompañan este post (pertenecientes a una vivienda de 64m2 en Estocolmo) contradicen los augurios que mencionábamos anteriormente. Viva, muy viva, de plena actualidad, está todavía la estética industrial si aparece con tanta personalidad, con tanta alma, como en esta casa, que ha sabido mantener sus señas arquitéctónicas originales (algunas paredes de ladrillo visto, perfilería metálica, etc.) y las ha acompañado de pocas, pero auténticas, piezas industriales (esa cajonera de oficina del dormitorio es una maravilla) que son las que imprimen carácter al esquema decorativo.
Si es así, al estilo industrial le queda una larga vida por delante.
Procedencia de las imágenes: Fantastic Frank