Estos días en los que estoy hasta arriba de trabajo (¡no entiendo todavía a los que dicen que los profes somos los que mejor vivimos porque tenemos tres meses de vacaciones!, para mí, julio es el peor mes del año, con diferencia), estos días, decía, no hago más que pensar en las vacaciones de agosto. Todavía no las tengo pensadas (¡ya, ya sé que voy un poco tarde!) pero todo apunta a que este año pasaré unos días en la Provenza. Mientras tanto, entre clase y clase, corrección de trabajos..., no dejo de pensar en sitios tan encantadores como este alojamiento que hoy quiero compartir con todos vosotros.
Procedencia de las imágenes: La Ferme du bon dieu