Después de vivir en diversos lugares soleados del Mediterráneo (desde el sur de Francia a Grecia), el arquitecto Laurent Buttazzoni ha instalado su residencia de vacaciones en una pequeña ciudad barroca del sudeste de Sicilia, a diez minutos del mar.
Se ha ocupado de toda la rehabilitación de la vivienda, en la que una gran sala central, en realidad el antiguo granero, hace también las veces de espacio distribuidor hacia las habitaciones, la cocina, los baños y la terraza. Para los revestimientos del suelo, el arquitecto buscó azulejos sicilianos antiguos, que incluso ha usado en algún cabecero de cama. En cuanto a la decoración, se hizo traer un camión con hallazgos de París, de tiendas de antigüedades, así como diversas piezas atesoradas en los múltiples viajes realizados y también algunas piezas de diseño que poseía.
El resultado es espectacular, una acertadísima mezcla de tradición y diseño, tanto en el contenido como en el continente, en la que sobresale el uso del color y de los patrones geométricos.
A mí me encanta, ¿y a vosotros?
Procedencia de las imágenes: AD Francia