Hubo años en los que fue el revestimiento más popular en las paredes de las cocinas, sobre todo en los países del norte (donde aún sigue teniendo un gran tirón). Pasó luego a ser sustituido por los azulejos, para volver, con fuerza, en los últimos años, especialmente en las paredes que no son las de trabajo.
A mí me encanta cómo queda, ya que da mucha más calidez a una estancia que, generalmente, pasa por ser fría y aséptica. En la cocina que hoy os presento (en una vivienda preciosa en la ciudad sueca de Goteborg) el resultado es genial, no solo por la belleza del papel elegido, sino porque enmarca perfectamente la zona de comedor, anexa a la cocina.
Os dejo a continuación con unas cuantas imágenes más del resto de la casa, que no tiene desperdicio, y que me reafirma en algo que ya he comentado en varias ocasiones en el blog, y es que los nórdicos son unos verdaderos expertos en el arte del homestaging, ya que la vivienda está a la venta y estas son las imágenes de la agencia. ¿Quién no se la compraría a la vista de las fotografías?
¿Qué os parece? ¿Pondríais papel pintado en la cocina?
Procedencia de las imágenes: Entrance