No me canso de repetirlo: cada vez soy más fan del binomio cromático blanco/negro, sobre todo si, como es el caso de esta vivienda danesa, la pareja de colores es la que domina en los revestimientos, ya que así da la oportunidad de adquirir todo el protagonismo a las piezas de mobiliario y a los objetos decorativos, y más si, como aquí sucede, estos son de diferentes procedencias y estilos, ya que el lienzo que forman el blanco y el negro servirán para unificar los elementos de la decoración.
En la vivienda (155m2, en un edificio de comienzos del siglo XX), ubicada en la isla de Amager, muy cerca de Copenhague, viven Malene y Jesper junto a sus dos hijos. En la decoración se han dejado llevar por la intución de las piezas que les gustan, sin obedecer a un plan predeterminado; Malene es de las que opina que solo hay que comprar aquellas piezas que te enamoran porque seguro que van a encajar, al igual que sucede con la moda, campo en el que ella trabaja. Es por eso que cohabitan elementos de estilo industrial y vintage, junto a otros de diseño actual.
El mobiliario es escaso pero muy efectivo gracias a su rotundidad, lo que hace que el esquema se distancie un tanto del minimalismo, a lo que contribuye una magnífica arquitectura de techos altos con molduras, amplios ventanales y, sobre todo, la calidez de la madera del suelo, pintada de negro, en la práctica totalidad de la vivienda.
¿Un must? El magnífico aparador danés de los 60 de la tercera imagen. ¡Lo quiero!
Procedencia de las imágenes: Femina