¡Lo que me gustan a mí las piezas sacadas de contexto, alejadas de su habitat natural, en decoración! Ayuda a reforzar el factor sorpresa en cualquier proyecto decorativo, con lo que ello conlleva de originalidad y singularidad, características fundamentales, en mi opinión, para que un espacio triunfe, se destaque, de otro.
Así que me encanta esta idea de llevar la típica mesa de jardín (si es metálica, de hierro especialmente, y viejuna, mejor que mejor!!!) al dormitorio, al lado de la cama, como mesilla de noche. Entra dentro de la práctica, tan de moda últimamente, de meter dentro de la casa los muebles que se usan en la terraza, en el porche..., el in / out tan traido y llevado.
Ni corto ni perezoso lo he aplicado en el dormitorio principal de mi casa de Vallejo (en las tres fotos siguientes). Como se trata de una mesa de jardín con un color azul muy definido, ella ha sido la que, en parte, va a condicionar el resto de la paleta cromática (bueno, ella y un cuadro que ya os enseñaré). Es una pieza de los años 60-70, muy patinada, que me encanta y que da ese toque vintage que no puede faltar en cualquiera de mis proyectos.
¿Qué os parece la idea? ¿La llevariáis a la práctica en vuestro dormitorio?
¿Algo negativo? Evidentemente, sí lo tiene. La poca capacidad de almacenaje, que quedaría solventada con una mesilla al uso, pero nada que no pueda solucionarse con una cajonera más grande al otro lado de la cama. ¡Seguiremos informando!
Las cuatro primeras imágenes proceden de mis paneles de inspiración en Pinterest.