Soy, todos los que me seguís habitualmente lo sabéis, un firme defensor del mobiliario y de los objetos decorativos vintage. El hecho de dar una nueva oportunidad a elementos que han sido desechados por sus anteriores propietarios, y que aún están en buen estado, me parece una manera sostenible de decorar. Por eso me ha encantado conocer a Ingrid e Inma, "gamberras, inconformistas y cotillas", como ellas mismas se definen, las artífices de 180º, una empresa catalana, de nueva creación, que apuesta por la recuperación y la reutilización.
En 180 Graus les gustan las segundas, e incluso las terceras, oportunidades, y no les gusta el freno, las negativas, por eso transforman muebles, cambian sus trajes, los caracterizan. Inma e Ingrid tienen no solo la oportunidad sino la necesidad de transformar: de lo masculino a lo femenino, de los muebles limpios a los muebles pintados, de la seriedad a la diversión y la alegría. Se trata, en definitiva, de romper con la rutina.
La filosofía de 180º se enmarca dentro de la tendencia del reciclaje, del upcycling, cada vez más implementada en nuestra sociedad, en realidad un compromiso con el medio ambiente, con la sostenibilidad. El resultado es una segunda vida en forma de muebles únicos, hechos a mano, sostenibles. En definitiva, 180 Graus es una simbiosis perfecta, ya que una gran parte de los consumidores se deshace de las piezas que ya no quiere, y que acabarían en el olvido, en la basura, mientras otra gran parte, en cambio, desea adquirir muebles que no va a encontrar en una tienda convencional.
Gracias al trabajo de Inma e Ingrid se logra ese estilo ecléctico que tanto me gusta, y que está tan de moda, la combinación de objetos de diferentes estilos y procedencias. Cuanto mayor sea esa fusión, más cálida y sugerente, más llena de personalidad, es la atmósfera que llena los espacios que habitamos.
No dejéis de pasaros por su tienda online, donde podréis encontrar piezas como las que ilustran este post, desde viejas sillas actualizadas, retapizadas con camisas de segunda mano, a mesas que son, en realidad, bicicletas reutilizadas. Objetos, todos ellos, llenos de encanto, sorprendentes, diseñados a fuego lento, con personalidad y, sobre todo, con múltiples historias a sus espaldas.
¿Qué os parece? Me encanta el trabajo de estas dos apasionadas del upcycling, de estas profesionales del transformismo, como a ellas les gusta denominarse.
Más información: 180º
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