Soy (lo sabéis) un gran amante del estilo industrial en decoración, sin pasarse, claro está, ya que en dosis altas puede llegar a resultar frío. Un toque aquí y otro allá, un par de sillas metálicas, un foco de fábrica sobre la mesa del comedor, algún flexo encima de las mesillas, etc., dan un aspecto muy actual al esquema decorativo de una vivienda.
Otra manera de dar calidez al estilo industrial es añadirle toques de color a través de los textiles (cojines, tapizados, cortinas, alfombras), de la pintura de algunas paredes (otras deben dejarse con el ladrillo visto, como indican los cánones de un buen estilo industrial) o con las obras de arte o los objetos decorativos.
Todo ello es lo que ha llevado a la práctica Allison Aldrich, la propietaria de esta vivienda neoyorquina, en el West Village, quien ha unido tres pequeños estudios para convertirlos en un magnífico piso, con espacios muy amplios, que guarda la estética de loft, fundamentalmente a través de algunos elementos arquitectónicos (los ladrillos vistos que señalaba anteriormente) y un gran acopio de piezas industriales.
¿Un must? El comedor, con una mesa vintage de madera, espectacular, rodeada de un juego de sillas desparejadas. Presidiendo el conjunto, una lámpara de fábrica. Las flores sobre la mesa son el contrapunto a la supuesta "frialdad" que mencionaba.
Procedencia de las imágenes: TNY Times