Ya sabéis que uno de los elementos que nunca falta en mis "deco lists" son los espejos. Como os decía hace poco en un post, desde este mismo espacio, los espejos cumplen un papel destacado en la decoración ya que multiplican y amplían los espacios, reflejan objetos, aportan luminosidad y, sobre todo, decoran.
Pues bien, dentro de la amplia gama de espejos que podemos encontrar (de todos los estilos y tamaños), uno de mis preferidos es el espejo tríptico de viaje, también llamado espejo de barbero por ser una de las piezas imprescindibles entre quienes se dedicaban a este oficio de manera ambulante.
Como podéis ver en las imágenes que ilustran este artículo, se trata de una pieza formada por tres espejos, unidos entre sí por unas pequeñas bisagras, formando un tríptico, con lo que podía transportarse plegado, como si fuera una especie de libro. El espejo del medio lleva en la parte superior una cadenita, para poder ser colgado en la pared. Algunos, además, tienen unas pequeñas patas para mantenerse de pie.
Es una pieza preciosa, llena de encanto, que aporta un notable aroma vintage allí donde se coloca. A mí me gusta especialmente en el baño, pero también queda perfecto encima de un aparador o un tocador en el dormitorio, por ejemplo.
El que os muestro en las siguiente imágenes es una magnífica pieza, de los años 20, que acabamos de incorporar a La Tienda de Etxekodeco. Es un ejemplo perfecto de lo que mencionaba anteriormente, ya que cuenta con todas las características de un espejo de este tipo. Además, como se ve en las fotografías, cada espejo está forrado por la parte posterior.
En La Tienda de Etxekodeco podéis ver la descripción completa del espejo.
Os dejo las medidas: Cada espejo, 18 cm/ancho x 28 cm/alto. El total de los tres espejos desplegados es de 60 cm.
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Las primeras 9 imágenes proceden de mis paneles de inspiración en Pinterest.