Hay casas que te enamoran nada más verlas, al primer vistazo, como es el caso (o, por lo menos, es lo que a mí me sucedió). El color, la atmósfera, lo que se fija en la retina en un primer momento, es lo que produce ese flechazo. Luego, poco a poco, te vas deteniendo en los detalles, en lo que antes se ha escapado, y ya terminas de caer rendido a sus pies.
Todo lo descrito anteriormente es lo que ayer me sucedió cuando estaba curioseando en Sanctuary, uno de mis blogs de decoración de cabecera, al que, paradójicamente, hace bastante no visitaba. Es la vivienda londinense del fotógrafo Paul Massey y representa a la perfección la atmósfera de los interiores que habitualmente capta con su cámara.
El predominio de las tonalidades "empolvadas", sobre todo del gris; el protagonismo de las piezas de mobiliario antiguas, recuperadas, junto a pequeñas dosis de elementos más modernos; madera y metal por todos los lados, sabor vintage industrial, son todas ellas características que han hecho que me haya enamorado de esta casa.
¿Qué os parece?
Procedencia de las imágenes: Sanctuary