Fuera del ámbito de la decoración y del interiorismo, y de los medios que nos dedicamos a su difusión, no está todavía sufientemente reconocida la impagable labor del fotógrafo de interiores a la hora de transmitir todo el poder evocador que un proyecto de decoración puede ofrecer. Una buena sesión fotográfica puede hacer que un interiorismo mediocre pase a ser aceptable y, al contrario, una mala fotografía puede echar por tierra la labor del mejor de los diseñadores de interiores.
Todo lo anterior me ha venido a la mente nada más ver las imágenes que acompañan a este post. Se trata de un apartamento en Estocolmo, de estilo nórdico clásico. Pero más que la vivienda en sí, que también es preciosa, lo que más me ha llamado la atención es el excelente trabajo del fotógrafo con las luces y las sombras, con los encuadres, etc. Fotografías que me han trasladado inmediatamente a las pinturas de los artistas flamencos del siglo XVII, verdaderos maestros en la captación de la cotidianeidad de los interiores, de los bodegones ordinarios, de la presencia del mobiliario...
Una verdadera maravilla, ¿no os parece? Prestad especial atención a la quinta imagen: ¡arte puro!
Procedencia de las imágenes: Fantastic Frank