Me fascina la gente que ante un mueble viejo, casi destartalado e inservible, inmediatamente ve todas las posibilidades que, con unos pocos retoques, puede llegar a tener. Es lo que le sucedió a la persona que se encontró la mesa de nogal que podéis ver en la imagen que encabeza el post. Y no es que en este caso concreto la pieza estuviera excesivamente mal; con una limpieza y algún pequeño retoque hubiera quedado genial.
Sin embargo, decididió actualizarla para darle un toque moderno, sin perder la esencia original de la mesa. Para ello, sustituyó las patas viejas por unas patas de aluminio de Ikea pero mantuvo la preciosa tapa de nogal. El resultado es magnífico, por muy poco dinero y muy fácil de hacer. Una mesa preciosa, perfectamente integrable en cualquier estilo decorativo. ¿No os parece?
¿Qué opináis: os gusta más el antes o el después?
Fuente: Remodelista
¡FELIZ FIN DE SEMANA!