Para comenzar la semana nos hemos ido hasta una de las ciudades que más me apasionan, Nueva York, y en la que se practica un interiorismo muy acorde con mis gustos. Brad Ford es uno de los diseñadores de interiores más reputados de la gran manzana y nos hemos colado en su apartamento de Chelsea.
Brad Ford predica con el ejemplo y en cada uno de los espacios de la vivienda son visibles las características que han hecho reconocible su estilo, tales como la presencia de formas orgánicas (destacable en su extensísima colección de cerámica) y de los coloresde la naturaleza o la incorporación deobjetos significativosy obras de arteque cuentan historiasinteresantessobre su vida yexperiencias.
En cuanto al mobiliario, el diseñador prefiere las piezas vintage y retro de las décadas de los 50 y 60, pero no duda en emparejarlas con otras de diseño más moderno. El conjunto presenta una gran serenidad y elegancia, pero sin caer en los estereotipos ni en el clasicismo caduco.
Me gusta muchísimo. ¿Qué os parece?
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