Cuando uno lee el título del post casi con total seguridad espera encontrarse con otra cosa diferente a lo que muestran las imágenes. Asociamos los términos "isla griega" a unos colores determinados y a una estética mediteranea muy marcada. Todos tenemos en la retina las imágenes de las típicas casas de las islas griegas, pulcramente encaladas de color blanco, tanto en el exterior como en el interior, con chispeantes destellos de color azulado dominando los espacios.
Esta vivienda presenta una estética muy diferente y podría estar en cualquier otro lugar del mundo. Se trata de una casa, de 1890, restaurada, en la isla de Nísiros, al sur del mar Egeo. Lo que más llama la atención en ella es el estupendo suelo de baldosas hidráulicas, original de 1890, que se ha mantenido en algunas de las estancias de la casa. Respetuoso con el pasado del edificio, el arquitecto y propietario también ha recuperado y mantenido gran parte de los elementos estructurales del edificio, lo que le da ese clasicismo tan atractivo.
En cuanto a la decoración, se han introducido elementos de diversas procedencias y estilos, lo que aligera el peso clásico y le otorga originalidad. Un buen ejemplo son el conjunto del comedor y algunos de los aparadores, de estética retro, que conviven con luminarias clásicas y mobiliario art decó. Un estupendo mix de estilos, muy personal, que funciona perfectamente y que aleja la vivienda de los estereotipos a los que estamos acostumbrados.
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